La industria alimentaria dobla el empleo que genera la automoción
La industria gallega no atraviesa su mejor momento. Pero mientras los elevados precios de la energía ponen el riesgo de la continuidad de las fábricas electrointensivas como Alcoa, Aluiberia o Ferroatlántica y se cierran las centrales térmicas, hay un sector que despunta. Es el de la transformación de alimentos, que en los últimos años ha experimentado un importante crecimiento y duplica ya el empleo generado por uno de los motores tradicionales de la economía gallega, la poderosa automoción.
Los datos que acaba de publicar el Instituto Galego de Estatística (IGE), en su revisión estadística sobre las Cuentas Económicas Anuales de 2017, el último año analizado, así lo constatan. El peso de la industria en el Producto Interior Bruto (PIB) de la Comunidad suponía en el año 2000 el 17,3%. Pero 17 años después, y pese a que tras el tsumani de la crisis ecónomica han mejorado algo los números, se queda en el 16,1%, una caída de 1,2 puntos. En el mismo periodo, la aportación de la automoción a la economía también desciende. El IGE usa como referencia el Valor Agragado Bruto (VAB), el valor monetario de todos los bienes y servicios finales producidos por un país en un determinado periodo de tiempo descontándole los impuestos. La fabricación de vehículos a motor pasó de aportar el 15,3% del VAB en el año 2000 al 13,7% en 2017, casi un punto y medio menos. La automoción generó un total de 976 millones de euros ese ejercicio. Pero en el mismo periodo el procesado de pescado o carne, la fabricación de bebidas, próductos lácteos o para la alimentación animal han experimentado un incremento de cinco puntos porcentuales. Con 1.576 millones de euros la agroalimentaria se consolida como la primera industria en Galicia, aportando el 20% del VAB.
El sector es también el primero si se analiza su aportación al empleo. El número de personas que trabajaba para la industria agroalimentaria gallega en 2017 superaba las 31.600. Son el 24,5% del total de los trabajadores del sector de la industria, que agrupa tanto las manufacturas como la energía. La conserva y la fabricación de bebidas son las dos primeras ramas en importancia. El empleo que supone el procesado de alimentos duplica así al de la automoción, que en 2017 daba empleo a unas 14.600 personas en la Comunidad gallega.
Los grandes sectores
El auge de la industria agroalimentaria en Galicia no va, sin embargo, parejo al de la producción de alimentos. El sector primario (agricultura, ganadería, silvicultura y pesca) ha sufrido un importante retroceso en los últimos años. En 2017 el sector primario aportó el 5% del Producto Interior Bruto, un punto menos que en el año 2000. La caída se nota, sobre todo en el empleo, que ha pasado de 169.526 puestos a 80.311, un 52% menos. Si se analiza únicamente el subsector de la agricultura y la ganadería, se aprecia un fuerte descenso en el empleo, pero no ocurre lo mismo con su valor monetario, que ha crecido sustancialmente en los últimos años. Las explotaciones ganaderas producen más pero para hacerlo, necesitan de mucha menos mano de obra.
Las Cuentas Económicas Anuales publicadas por el IGE reflejan también la caída del sector de la construcción. En 2017 suponía el 6.6% del PIB en Galicia, 3.2 puntos menos que en el año 2000. Pero en el año que estalló la burbuja inmobiliaria y se produjo la quiebra de Lehman Brothers el sector llegó a suponer el 10,8%. En términos de empleo, la construcción sigue muy lejos de los 169.526 trabajadores que tenía en 2000. En 2017 generaba 80.311 puestos de trabajo.
El informe del IGE constata también la «terciarización» de la economía gallega, o lo que es lo mismo, el cada vez mayor peso del sector servicios. En 2017 llegó a aportar el 62,8% del PIB. En el año 200 su peso se quedaba en el 57,1%. El sector es también el que concentra el mayor número de empleados, 810.171.